Esta clasificación se basa en los resultados de los partidos oficiales entre la distintas selecciones a través de la entrega de puntos. El actual sistema considera los resultados de los últimos ocho años, ponderando con mayor valor los resultados más recientes para reflejar de mejor forma la competitividad actual de los equipos y otras variables, como las características del rival, el lugar de realización del partido y el torneo en que fue disputado (por ejemplo, asignándole mayor valor a las fases finales de la Copa Mundial de Fútbol que a partidos amistosos).

        Si bien esta clasificación es objetiva al utilizar fórmulas matemáticas, ha sido objeto de un intenso debate, debido a que no refleja realmente el poder de ciertos equipos y no considera la trayectoria y la historia de las diferentes selecciones. Debido a esto, la FIFA decidió utilizar un nuevo sistema, el cual rige desde el 12 de Julio de 2006.